Los festivales tradicionales japoneses se llaman matsuri (祭). Hoy queríamos presentarte el matsuri del Obon (お盆), conocido en occidente como el Festival de los Farolillos. Es una festividad japonesa vinculada al homenaje a los difuntos y una de las más famosas tanto en Japón como en el extranjero.
Seguro que al ver la imagen de la portada ya te suena esta maravillosa celebración. En las redes y en Youtube hay un montón de contenido sobre el ritual de los farolillos navegando con los nombres de los difuntos por un río o un lago (como por ejemplo en este vídeo). Este festival tiene muchos otros aspectos además de este que vas a descubrir hoy con nosotros.
Fechas del festival de los farolillos
La fecha en la que se celebra el Obon es diferente según la región japonesa en la que estemos. Esto hace que:
- El Obon de Agosto (Hachigatsu Bon – 8月盆), que es el más extendido, se celebra entre el 13 y el 15 de agosto. Los Obon más reconocidos por estas fechas son los de Kyushu y los de Yamaguchi.
- En las regiones de Kanto (donde está Tokio), Kansai y Tohoku se celebra el Obon de Julio (Shichigatsu Bon – 7月盆) del 13 al 15 de julio.
- En la región de Chugoku, las islas Ryuukyuu, la Shikoku y algunas zonas de Kanto se sigue celebrando el Obon Antiguo (Kyuu Bon – 旧盆) el día 15 del séptimo mes del calendario lunar. Para asistir al Obon en estos lugares habría que informarse de en qué fechas se hace cada año. Este año cae curiosamente del 13 a 15 de agosto. El año que viene es del 31 de agosto al 2 de septiembre. Más información sobre próximas fechas aquí (si os manejáis con el japonés).
La celebración
El origen de esta festividad proviene de una historia de Buda que ejemplifica la devoción que tienen los japoneses a los antepasados. La historia narra que Buda estaba preparando un día ofrendas a su difunta madre, que se encontraba en el infierno sufriendo.
Entonces, según la tradición budista, los días del Obon los espíritus vuelven del más allá a hacer una visita a sus familias. Es por esto que aparte de lo que es el festival puertas afuera, también haya reuniones familiares y rituales en la intimidad del hogar. Estos días las ofrendas tienen una simbología de convivencia entre familia y ancestros.
El primer día, en el mukaebon (迎え盆), las familias reciben a los espíritus en sus hogares como si se reuniesen para Acción de Gracias.
Pero claro, estos espíritus ya no tienen la memoria como antaño. Así que se guían gracias a unas luces llamadas mukaebi (迎え火), que son normalmente farolillos eléctricos (aunque antiguamente se prendía fuego a tallos de cáñamo) en la entrada y en el jardín de la casa para que los espíritus puedan verlos y así no perderse volviendo a casa. Muchos colocan también aquí bastones para que los espíritus ancianos no entren cojeando.
Si entrásemos en una de estas casas japonesas nos encontraríamos con farolillos chōchin (提灯), que son los farolillos clásicos japoneses que en otras épocas eran de uso común. Además de eso veremos un altar llamado bondana, en el que se hace una ofrenda una vez ha llegado esta visita tan especial a la casa. En él se coloca la imagen del difunto y alrededor se ponen cañas de bambú, verduras, frutas, flores y muñecos shōryōma (精霊馬).
Dado que se cree que los espíritus de los antepasados vuelven a nuestro mundo montados en vacas y caballos, una de las tradiciones del Obon consiste en colocar estos shōryōma en el altar o en otros lugares para decorar la casa. Son berenjenas (que representan vacas) y pepinos (que representan caballos) pinchados con palillos de madera como si fueran sus patas. Estos muñecos tienen cada uno un significado: los caballos sirven para que los espíritus vengan raudos a casa, mientras que las vacas son para que a sus lomos regresen de manera más calmada al más allá.
Este mismo día muchas familias salen a visitar a sus difuntos en los cementerios. En algunos cementerios de Japón se encienden unas lámparas de piedra para dar la bienvenida a los ancestros. Por supuesto, según la región estas tradiciones varían mucho. También realizan el rito del ozen (お膳) ofreciéndoles comida y bebida para darles la bienvenida.
En la región de Yamaguchi, sobre todo en los templos más sonados de Hagi, se encienden 600 faroles de piedra para enlazar este camino entre el más allá y la tierra en la que nacieron los difuntos. Es así de espectacular.
Costumbres del festival Obon
Los siguientes días al mukaebon hay cantidad de puestecillos de comida callejera y de juegos de feria de todo tipo. Seguramente nos toparemos con desfiles, bailes o taiko (tambores japoneses gigantescos) en cualquier lugar de las ciudades japonesas más concurridas. En cuanto a los puestecitos de comida, tanto los de patatas fritas como los de kakigori (para saber qué son, echa un vistazo a este post) triunfan bastante.
Aunque yukata significa “traje de baño”, no se usa para tal cosa. Es un traje parecido al kimono que está hecho de algodón y es más fino que el kimono. Se utiliza para las estaciones cálidas, principalmente para festivales de verano como éste, por eso vamos a verlos por todos lados si vamos a ver el Obon.
Además, estas fechas podrás ver el bon odori (盆踊り), que es un desfile con carrozas y con bailarines y músicos que resuena en todas las calles para animar el ambiente. Mientras tanto la gente no para de bailar al ritmo de la música y el ambiente se va empapando de una alegría sorprendente. Para occidente resulta sorprendente que se celebre la muerte de forma tan fresca y jovial como resulta en estos festivales.
Es normal ver a muchas familias que han vuelto a su tierra natal a celebrar el Obon en los cementerios para llevar flores, quemar incienso y limpiar las tumbas de los difuntos. Los cementerios están preparados con materiales con cubos y cucharones especiales para que se realice la limpieza de las tumbas. Este ritual se llama ohakamairi (御墓参り).
El último día es el okuribon (送り盆), que va a consistir en acompañar a los antepasados de regreso a sus tumbas llevando faroles chōchin con el escudo de la familia.
Otras festividades del verano en Japón
Igual que para el mukaebon hay luces-guía, para el okuribon está el okuribi (送り火) para encaminar a los espíritus de vuelta. El más conocido y uno de los mayores atractivos turísticos de Japón en esta época es el Gozan No Okuribi de Kioto. Este okuribi se prepara encendiendo fuegos en la colina que hacen formas específicas, como el kanji de “grande” (大) o un barco. Tiene mucha carga cultural, ya que las colinas y las montañas representan la puerta entre el cielo y la tierra en la cultura japonesa. Impresiona
En la misma región sigue dándose otro okuribi, que consiste en hacer navegar en el mar o en un río barcas con farolillos de papel cuando cae la noche. A esta ceremonia de guía para los espíritus de los muertos hacia su camino al otro mundo se le llama tōrō nagashi (灯籠流し) o shōrō nagashi (en otros lugares de Japón). Desde donde se celebra este rito vas a poder ver el Gozan no Okuribi sin problemas. Por las nuevas políticas para disminuir el impacto medioambiental de esta celebración cada vez se tiene más cuidado. Ahora hay más actividad en la limpieza de los farolillos que se quedan empeñados después del festival.
¿Sabías acerca de este festival? ¿Qué opinas que se celebre la muerte de manera tan diferente? ¿Alguna vez has estado en un Obon? ¿Alguna vez has lanzado un farolillo de papel? Estamos deseosos de que nos cuentes tus experiencias.
En el siguiente post os mostraremos más sobre otro de los festivales más importantes del verano japonés: el Tanabata. ¡Esperamos verte de nuevo por aquí!