Quizás cuando piensas en comida china, se te vendrá a la mente animales como perros o gatos, e incluso algunos insectos de los más extraños como escorpiones o ciempiés, pero ¿con qué nos podremos topar realmente como turistas?
Cuando viajas fueras de tú país, es casi obligatorio probar la comida tradicional. China es un país que, gastronómicamente ha llegado a muchas partes, y aun así es toda una experiencia comer en puestos de comida a pie de calle. Es una de las mejores maneras de adentrarte en su cultura, y además resulta muy fácil encontrar alguno que otro abierto a cualquier hora del día.
Sí, realmente se puede encontrar de todo en los mercados de China. Pero debido al tamaño que posee el país varía mucho el tipo de comida según la región a la que viajemos. En ciudades como Pekín y Shanghái encontraremos comidas más “corrientes”, como pinchitos o bollos al vapor, mientras que en las zonas del suroeste del país puedes encontrar comidas más raras para nuestro paladar.
Los puestos de comida suelen encontrarse en los distritos comerciales de las ciudades y oncretamente en sus calles principales. Entre los más famosos del país destacan el mercado de Wangfujing (Pekín), barrio de Xitiandi (Shangai) y Qingping en Guangzhou (Cantón). En el caso de que te pillen lejos del hotel, en los supermercados 7/Eleven puedes encontrar algunos de los platos de los que vamos a hablar ahora.
Te recomendamos, por supuesto, que tengas cuidado y que te asegures de que la comida esté bien cocinada, y para eso la mejor manera es ir a comer acompañado de alguien de la zona. En cualquier caso, ten cuidado con la comida picante (recuerda pedirla no picante (bù la/不辣)).
Bueno, vamos al lío. Aquí os enseñamos las comidas que hemos recopilado y que nos parecen más suculentas del callejero chino:
Bollos al vapor (bāozi/包子): Tanto si acabas de llegar allí y te bajas del avión con un hambre atroz a las tantas de la madrugada como si simplemente te apetece picar algo, siempre vas a encontrar algún sitio donde comprar bāozi.
Hay de una variedad de tamaños y sabores (tanto salados como dulces) exagerada. Pueden estar rellenos de carne de cerdo (lo más común), de ternera o de cordero, o bien de verduras.
Entre estos bāozi hay un tipo muy especial que tiene, además de carne de cerdo, caldo en su interior. Hablamos de los llamados xiǎo lóng bāo/小笼包, que podemos encontrar en los mercados de Shanghai. Este tipo de bollo es curioso porque los grandes se sirven con pajita para beberse primero el caldo.
Empanadillas de cerdo (shēng jiān bāo/生煎包): Vienen también con verduras en su relleno, y son tipiquísimas en muchos puestecillos chinos. Se le suele agregar un poco de ajonjolí a la hora de cocinarlos para darles un toque extra especial.
Tortitas saladas (jiānbing/煎饼): Estas tortitas son las coprotagonistas de las calles de los mayores mercados chinos. Provienen de Shandong y de Tianjin, y pueden venir rellenas de carne, huevo, verduras y diferentes salsas.
Pinchos (chuàn/串): Con la llegada del verano estos pinchitos son lo más típico en los puestos chinos. Tomarse un buen pinchito de carne asada junto a un refresco en una terraza o en la misma calle es un gustazo. Más adelante os mostraremos otros “sabores” menos comunes que podemos degustar de estas brochetas.
Tofu apestoso (chòu dòufu/臭豆腐): Como dice su nombre, es un tipo de tofu que no te va a resultar apetecible al olfato, ¡pero quizás sí al gusto! Es de estas comidas que se han de probar una vez al menos si se tiene la oportunidad (como, por ejemplo, la fruta durian). Se come frito y se sirven tanto en brocheta como en plato.
Crépes esponjosas con cebollino al estilo taiwanés (shǒu zhuā bǐng/手抓饼): Están hechos con harina de trigo y el relleno suele llevar tocino de cerdo, huevo y lechuga, pero esta especialidad es totalmente vegana y está de rechupete.
Malatang o “sopa picante” (málà tàng/麻辣烫): Estas sopas típicas de Sichuan pueden llevar, de nuevo, una múltiple variedad de carnes, verduras y condimentos. Se recomienda tomar con lechuga y alitas de pollo, y también no abusar mucho de ellas porque pueden sentar mal al estómago.
Gelatina de osmanthus o flor de olivo (Guìhuā gāo/桂花糕): Esta gelatina hecha de la flor osmanthus, semillas de goji y castañas se suele servir con pan de arroz y tienen formas muy variopintas, ya sea la marca del vendedor o diferentes formas de flor. Es un postre bastante agradable al paladar además de adorable a la vista.
Batatas asadas (kǎo hóngshǔ/烤红薯): Las batatas asadas aparecen de la nada en los puestecillos con la llegada del invierno. Es un plato muy sencillo y a la vez muy reconfortante para aguantar los días más fríos.
Brochetas de fruta caramelizada (bīngtánghúlu/冰糖葫芦): Es tal y como dice el nombre una brocheta de frutas cubierta en azúcar caramelizado. La más conocida es la brocheta shanzha/山楂 de Pekín. Tienes que probarla.
Otras comidas más exóticas: Aquí vienen los platos más llamativos de China para los extranjeros, ¡Prepárate!
En mercados como el de la calle Wangfujing (situada aquí) en Pekín podemos encontrar todo tipo de insectos y animales que no nos imaginaríamos en una parrilla. Hablamos de grillos, arañas, escorpiones, orugas, lagartijas, serpientes e incluso estrellas de mar o caballitos de mar, todos generalmente servidos en brochetas. Lejos de lo que pueda parecer se pueden comer como si fuesen snacks. Del sabor no te podemos contar mucho para no hacerte “spoiler”, pero muchos turistas salen muy contentos de su experiencia.
Para comer en Guangzhou hay que tener un estómago de hierro. Este destino quizás no es el más atractivo por lo general, pero es un buenísimo ejemplo para ver la gastronomía que podemos encontrar en ciudades algo más apartadas de las megápolis chinas. En este lugar el mercado de Qingping es el más conocido por los viajeros.
Tenemos que prepararnos para lo peor si queremos tener una buena experiencia en este mercado. Los hedores pueden llegar a ser muy desagradables, y los tipos de mamíferos que podemos ver en los puestos pueden herir la sensibilidad de muchos. Aun así, si tenéis curiosidad sobre qué tipo de comida podemos probar allí, podéis visitar esta página para más información (pensáoslo dos veces).
Sabemos que algunos sois muy cocinitas. Ahora vamos a mostraros los pasos para preparar una crépe shǒu zhuā bǐng/手抓饼. Así que si tenéis un hueco libre y os apetece meterle mano, ¡vamos allá!
- Se preparan dos tazas y media de harina (o un poco más si ves que lo necesitas; si ya habéis preparado alguna vez otros pasteles sabréis cual es el punto), con media cucharadita de sal.
- Se echa un cuarto de taza de agua hirviendo (esto hace que quede más suave y tierno el resultado) y se mezcla (con cuidado, si acaso usar palillos u otra herramienta).
- Luego se echa ¾ de agua templada (seguir mezclando con los palillos).
- Con un poco de harina en la mesa, echar la mezcla y amasar varios minutos (ahora mismo estará muy sólida y pegajosa, hace falta amasar con paciencia hasta que quede más suave al tacto).
- Dejar reposar mientras cortamos dos tallos de cebollino de manera que queden rajados para que su sustancias impregnen el aceite que vamos a usar para hacer un roux.
- Poner en abundante aceite con anís estrellado a fuego medio durante 3 o 4 minutos (el olor delatará cuándo sacarlos).
- Apartar lo cocinado y echar este aceite restante en un poco de harina (una cantidad pequeña, ¼ de taza o algo así) y mezclar para hacer el roux.
- Trocear esta vez cuatro tallos de cebollino para luego.
- Sacar la masa que teníamos en reposo y colocarla sobre la mesa (untar un poco de aceite sobre la mesa para que no se pegue). Cortar en trozos (seis trozos es lo recomendado con esta cantidad, pero puedes hacerlo a tu gusto).
- Cada uno se estira hasta hacer un palito alargado de unos 25 centímetros aproximadamente, se aplana, se unta la parte superior de estos con el roux y se echa a lo largo sal, trocitos de cebollino, sésamo y pimienta.
- Ir enrollando las tiras poco a poco (estirando un poco y dándole una vueltecita, así poco a poco para que la masa esté lo más fina posible).
- ¡Ya casi estamos! Ahora se pone el rollito de pie en la mesa y se estruja (sin miedo). Déjalo planito (o a tu gusto) y fríelo (ya tiene mucho aceite así que no te hará falta) dos minutos y medio a fuego medio-alto. Para que queden partes crujientes puedes ir dándole formas levantando levemente algunas capas de la masa mientras se termina de freír.
Y ya está listo. Si quieres conocer otras recetas de comidas chinas que os hemos presentado hoy puedes echarle un ojo a este video, a éste y a éste también.
Te estarás preguntando, ¿pero y qué hay de Japón? Tranquilo, pronto haremos una recopilación de platos japoneses callejeros para vosotros. ¡Un saludo y 节日快乐!