Este mes os hemos estado hablando de la música tradicional de Asia Oriental, y hoy vamos a adentrarnos en un mundo bastante desconocido para los fanáticos de Oriente, la música tradicional rusa.
Coge tu balalaika, aclara tu voz, y… ¡¡vamos a ello!! Si no sabes qué es una balalaika descúbrelo con nosotros.
COMO ES LA MÚSICA TRADICIONAL RUSA
La música tradicional rusa suele estar dominada por un canto especial, caracterizado por el calor del timbre de voz, la cual sale del pecho, a diferencia del canto diafragmático, y por el uso de vocales abiertas. Su sonido es sinónimo de vida, un sonido vivo, colorido y estridente, aunque no ruidoso, pero no por ello son mejores otros cantos populares. El canto es directo, libre de vibraciones que puedan entorpecer el sonido.
La historia de la música rusa no se encuadra dentro de la tradición europea, no recibe las influencias romanas, renacentistas o griegas, aunque se han reportado influencias bizantinas en algunos instrumentos. De todas formas, cuando se mejoraron las comunicaciones en el siglo XVIII, Rusia surgió como una gran potencia musical en Europa y hasta Mozart quería trabajar en ese país.
ESTILOS DE LA MÚSICA CLÁSICA RUSA
La música clásica rusa se divide en dos: música sacra o religiosa y música popular. La música sacra se puede dividir en dos etapas: en primer lugar, la que va desde la cristianización del país (en el año 988) hasta el siglo XVII; en segundo lugar, el período que va desde ese siglo a la actualidad. Por su parte la música popular ha tenido otros recorridos, a veces cantados y a veces solo instrumentales.
Esta división fue muy importante porque hizo antagónicas las dos corrientes. Se entendía la música sacra como lo bueno, nacional y estable. Mientras tanto la música popular era considerada como lo nuevo, inestable y extraño y era acusada de adoptar ideas perniciosas de países extranjeros. Como en lo popular predominaba la danza y lo instrumental, estos se añadieron a lo considerado negativo, mientras que el canto se unió a lo positivo.
Aquí es donde surgió la figura del skomorokhi, artista itinerante que ya existía antes de la cristianización de Rusia, pero que ahora juega el papel de bufón, músico y malabarista, papel que desempeñará hasta el siglo XVI. Aun así, su influencia perdurará hasta la actualidad.
Por su parte, la primera etapa de la música sacra se caracterizaba por un canto monódico incluso en los coros, con una notación musical no lineal, llamado kriukovoye, en contraposición del canto jomonia, el cual era lento y melancólico. Este canto también fue conocido como “de habla verídica”, porque las letras se leían como se escribían.
En la segunda etapa se empezó a desarrollar la polifonía y en el siglo XVIII el canto de tres líneas, el cual tenía tres melodías y tres voces. En esta época comenzaron a llegar influencias extranjeras como la italiana a través de la ópera, en la cual los cantantes rusos destacaron.
Con el auge de la burguesía volvió a aparecer la música popular, esta vez representada en la música coral y el canto lírico. También aparecieron canciones laicas que trataban sobre el amor o el patriotismo.
Las autoridades religiosas y políticas fomentaron la música sacra, por lo que esta pareció ser siempre la dominante. Aunque se piense que la música popular desapareció durante gran parte de la historia del país, esto no es así, puesto que en los pueblos y villas se seguía dando, pero en un segundo plano.
INSTRUMENTOS TÍPICOS
El pueblo ruso se sirve de numerosos instrumentos para expresar su sentir y su arte. A continuación os vamos a enseñar los más famosos, algunos de los cuales estamos más que seguro de que los conocéis.
No se puede empezar una lista de instrumentos rusos sin mencionar a la balalaikas, “la guitarra rusa” (cuyo nombre no es tan cierto como se piensa popularmente).
El instrumento en sí consta de un cuerpo de madera hueca con forma triangular, con un hueco cerca del vértice y tres cuerdas, estando la tercera normalmente afinada en una cuarta más que las otras dos.
La primera mención escrita que se tiene de la balalaikas se remonta al año 1688, pero se tiene constancia de que existían desde hace mucho más tiempo.
Existen diferentes tipos de balalaikas según su tono, el cual varía según lo grande o pequeño que sea el instrumento. Por eso se han podido organizar verdaderas orquestas de diferentes balalaikas, las cuales también se usan como acompañamiento perfecto para bailar.
Como os comentamos antes, la famosa guitarra rusa no merece tal nombre, puesto que ya existe una guitarra rusa como tal, la semistrunka. En si no se diferencia mucho de las guitarras clásicas normales, como puede ser la española, tan solo que la rusa tiene siete cuerdas en lugar de seis.
Con el renombrado Vladimirskiy Rozhok (cuerno de Vladimir) tenemos a una antigua trompeta que se lleva usando desde hace más de 600 años. Consta de un tubo recto de madera con seis agujeros, cinco delante y uno detrás. Existen varias versiones de este cuerno, siendo la más corta la que tiene el sonido más agudo, haciéndose más grave cuanto más larga es la flauta.
El siguiente instrumento es un caso especial dentro de la música rusa, puesto que se trata de un instrumento semi perdido. Hablamos del gudok, que fue usado ya en el siglo XII, en plena Edad Media, pero que desapareció durante varios siglos. Sus versiones modernas han intentado recuperar su sonido en base a los gudoks encontrados en excavaciones de la ciudad de Novgorod, aunque no sabemos si se ha conseguido mejorar la calidad del original o por el contrario se aleja demasiado de esta.
Se trata de un instrumento de madera hueco, con una forma parecida a una hoja de árbol, con tres cuerdas y un arco para tocarlas. La tercera cuerda estaba afinada una quinta más alta que las otras dos; además se podían añadir más cuerdas simpáticas, para darle más sonido y calidez.
Otro instrumento perdido es el treshchotka, el cual se creía que no existía en la música tradicional rusa, pero fue descubierto en un yacimiento del siglo XII nuevamente en la ciudad de Novgorod.
Constaba de quince o veinte tablas de madera de 16 centímetros unidas con una cuerda por un orificio en la parte superior de cada tabla. Este instrumento, que se usaba para simular el sonido de las palmadas, se tocaba en las bodas debido a la creencia popular según la cual podía espantar a los malos espíritus.
Volvemos a los instrumentos de viento con la zhaleika, la flauta más usada por los rusos. En sus inicios se trataba tan sólo de un tubo de madera de entre diez y veinte centímetros y con una sola lengüeta y tres o siete orificios. En la actualidad se le ha añadido otra lengüeta y más orificios para lograr una escala cromática, una escala conformada por una sucesión de doce sonidos dentro de una octava.
Como último instrumento os vamos a presentar el acordeón ruso. Podríais pensar que no tiene nada de especial puesto que es usado en muchos países, pero para los rusos es un instrumento esencial dentro de su música tradicional.
Además de esto se diferencia de la mayoría de los acordeones en que este es un acordeón cromático, el cual en la parte de la mano derecha tiene botones, no teclas como suele pasar. El bayan tiene la característica especial de que además tiene 58 notas ordenadas cromáticamente, más de las que suelen tener los acordeones, lo que da un rango más amplio de notas y más posibilidades a los virtuosos que se atrevan con este instrumento.
Como podéis observar no podemos tener ninguna duda de que los rusos conocen la forma de usar muchas herramientas para crear su música y expresar los sentimientos más profundos de sus espíritus.
LAS CANCIONES MÁS FAMOSAS DE LA MÚSICA TRADICIONAL RUSA
A continuación, vamos a enseñaros algunas canciones tradicionales rusas que se han hecho famosas sino en el mundo entero. Os dejamos un vídeo de cada canción para que nos leáis de forma más amena.
Comenzamos con la conocida Kalinka, canción compuesta por Iván Petróvich Lariónov en 1860. Trata sobre algo tan simple como una baya, pero puede ser interpretado como una canción de amor, o un canto a la naturaleza.
Como curiosidad la canción fue utilizada como música de fondo del Tetris, puesto que el creador de este juego era el ruso Alekséi Pázhitnov. También de esta canción proviene el famoso “yo soy español, español, español”, que se cantaba en la Eurocopa de fútbol de 2008.
Otra canción es Katiusha, compuesta en 1938 por Matvéi Blánter y que narra la añoranza de una chica por su amado que ha partido a la guerra. Por esto y por el momento en el que se compuso fue usado por el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial, quedando ligada la canción al ejército y al comunismo.
La última canción que os vamos a enseñar es Korobéiniki, también conocida como Koróbushka. Tiene un ritmo muy rápido y trata sobre un buhonero (o korobéinik) de la Rusia zarista que intenta vender artículos a una mujer llamada Katia, que se acaba enamorando de él. Esta canción también fue usada en el Tetris, lo que demuestra que estas obras no son desconocidas para el mundo occidental.
¿Qué os ha parecido la música tradicional rusa? ¿La conocíais? Esperamos que os haya picado la curiosidad y entréis en este mundo tan fascinante. Dejadnos en los comentarios vuestras opiniones.
