10 Cosas que debes evitar en el trato con una persona de Asia Oriental

España es un país cosmopolita y aquí conviven personas de todas las culturas y nacionalidades, pero no siempre sabemos actuar correctamente ante las diferencias. El colectivo asiático, cada vez más numeroso en el país, frecuentemente pasa por situaciones incómodas que podrían ser fácilmente evitadas.

Seguro que en algún momento de tu vida has tenido un compañero, amigo o conocido de ascendencia oriental, al que le llamaban “chino”. En un país tan plural como España, es normal que haya personas de todas las etnias, pero no podemos pensar que no hay racismo, o que el racismo ocurre solamente con uno u otro colectivo.

Si quieres romper la barrera de la ignorancia y hacer nuevos amigos, sigue leyendo.

1.”¿De dónde eres?”

Si alguien nació en España, es español. Cuando le preguntas a una persona de origen asiático por su nacionalidad, ignoras el hecho de que haya nacido o crecido aquí. Es como si esa persona todavía fuera vista como un extranjero, y eso dificulta su integración social. Como las personas de origen asiático tienen un rasgo físico distinto a nosotros, asumimos inmediatamente que estas personas no son españolas. Una vergüenza que nos podemos ahorrar.

El orígen y la nacionalidad no tiene porqué ser siempre el mismo (Fuente)

2.” ¿Saludamos diciendo Nĭ hăo o Konnichiwa?”

Cuando le dices ‘japonés/a’, ‘coreano/a’ o ‘chino/a’ a una persona por cuenta de sus rasgos físicos, ignoras su nombre e identidad. Le confieres una carga cultural que a lo mejor nisiquiera comparte. Aquél individuo deja de ser una persona y se convierte en un embajador de toda una cultura, con todas las generalizaciones que eso conlleva. La persona puede tener origen nipón, pero no hablar nada de japonés, por ejemplo.

Los rasgos culturales no son compartidos con todas las personas de un mismo país (Fuente)

3.”¡Qué ojos tan pequeños!”

Lo diferente casi siempre es motivo de conflictos, y cuando se trata de un rasgo físico la cosa se potencia. Sí, es cierto que gran parte de los orientales tienen formatos de ojos muy peculiares, pero eso no significa que sus ojos no son normales y que los occidentales sí lo sean.

Sus formatos de ojos son el resultado de la evolución. La característica se llama epicanto, y no se encuentra solo en la genética oriental, mucho menos en todos los orientales. Se dice que este rasgo se originó por la intensa claridad solar que experimentan los habitantes aquella zona del planeta durante todo el año y, sobre todo, en invierno cuando la nieve la refleja.

Lo mismo pasa en el norte de Rusia, Suecia, Islandia y muchos otros países. La diferencia está en la formación de los parpados y siquiera es igual en todas las personas. Existen docenas de variantes posibles. Los que hacen bromas desafortunadas sobre este gen, asumen que los portadores del gen del epicanto no ven bien, lo que no es cierto. El estigma occidental es tan fuerte, que muchas personas en Asia recurren a los quirófanos para “occidentalizar” su apariencia.

No solamente las personas asiáticas tienen los ojos rasgados (Fuente)

4. “Todos los asiáticos son iguales”

Las generalizaciones nunca están bien. Decir que ‘los asiáticos son todos iguales’ anula la individualidad de una persona por un simple rasgo físico en común. Todas las etnias comparten rasgos en común y no por ello son iguales. Entre los orientales, al igual que entre los occidentales, cada etnia y cultura tiene sus características físicas, y cada país puede albergar un sinfín de etnias, que a su vez también se mezclan. China es un ejemplo, en el país conviven más de 10 etnias que no solo poseen rasgos físicos distintos, como tienen costumbres e idiomas particulares.

Las etnias pueden compartir rasgos en común y no por ello ser iguales (Fuente)

5. “¡Cuéntame algo de Japón!”

¿Por qué una persona con origen nipón debería saber todo sobre la cultura y el idioma de ese país? Es lo mismo decir que todos los españoles bailan flamenco, comen paella y aman las corridas de toros. A continuación, se abordan algunos prejuicios sobre el modo de vida de las personas de origen asiático, que muchas veces no corresponden con la realidad:

Kyoto, Japón (Fuente)

6.” ¿Sólo comes con palillos?”

Una persona de origen oriental puede usar un tenedor y un cuchillo tan bien como tú y yo, y seguro que tiene todo el menaje en su cocina. Y, aunque no lo tuviera, ¿qué importancia tiene? Aunque sean muy prácticos e higiénicos, los kuàizi (en chino), hashis (en japonés), o jeotgarak (en coreano), no valen para cualquier plato. De hecho, las cucharas se usan en China desde antes del imperio romano.

Los palillos son un utensilio muy característico de la cocina asiática, pero no es el único (Fuente)

7.” Eres un crack de las matemáticas, ¿eh?”

En Occidente los orientales son conocidos por la inteligencia. Eso es porque la enseñanza en Oriente es distinta, más rígida que la nuestra. Lo que, obviamente, no implica que todos los asiáticos son calculadoras humanas. Cuando hablamos de españoles de origen oriental, el comentario se vuelve todavía más ilógico, ya que dicha persona puede nunca haber disfrutado de los métodos educativos asiáticos.

Los sistemas educativos asiáticos son más estríctos que el nuestro (Fuente)

8. ¿No sabes pronunciar la R?”

No sólo los idiomas son muy diferentes en Asia, ¡sus alfabetos también lo son! Es muy común que los asiáticos que vengan a occidente tengan dificultad en pronunciar algunas palabras. Son fonemas diferentes, verbos con distintas conjugaciones y otras entonaciones. La dificultad con la R se da normalmente con chinos, por el simple hecho de que no la entonan de la misma manera en su idioma. Burlarse de ello es como si un inglés se riera cuando pronunciamos la Y, o un chino cuando pronunciamos mal su idioma. ¡Atrévete con él primero!

Cada idioma tiene sus fonemas (Fuente)

9. “Sólo sales con asiáticos, ¿verdad?”

Aunque en algunos aspectos las sociedades orientales pueden ser muy cerradas, como cualquier otra persona del mundo los asiáticos son libres para salir con quien quieran. No están obligados a salir solo con personas de la misma etnia u origen que ellos. La cuestión es todavía más ilógica cuando estas personas han nacido o residen en occidente.

Todo el mundo es libre de estar con quien quiera (Fuente)

10.” ¿Comes perros?”

Primero hay que entenderlo. ¿Ya probaste los callos? ¿Sabes qué partes del cerdo son utilizadas en su preparación? ¿Y el gazpachuelo? Sabes que han surgido durante la guerra, ¿no? De la misma manera, los países del este asiático tienen en su historia muchas guerras y conflictos. Consumir productos cárnicos y animales que en Occidente nos pueden parecer asombrosos, son hábitos adquiridos en las épocas de hambruna que se arraigaron en su cultura. Sin embargo, mucho ha cambiado, y la demanda ya es bastante insignificante. Las nuevas generaciones han crecido viendo a los perros como mascotas y ningún joven se lo plantea. Al igual que en España existen asociaciones antitaurinas, que se dedican a luchar para que la costumbre caiga en el olvido, en Asia también hay organizaciones de protección animal que se lo toman muy en serio.

Los prejuicios en muchas ocasiones son solo eso, prejuicios (Fuente)

Y todo eso parecía normal, ¿verdad? ¡Recuerda que somos todos humanos más allá de nuestro cuerpo físico y de nuestra cultura! Si nos tratamos con respeto y educación podemos abrir nuestra mente y aprender cosas increíbles.

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