Geishas, kisaengs y concubinas chinas

Seguramente habrás visto la película ‘’Memorias de una Geisha’’ en el que las mujeres tuvieron una gran importancia en la sociedad japonesa. Sin embargo, al igual que las geishas, existían sus diferentes versiones en sus dos países vecinos principales: las kisaengs en Corea del Sur  y las concubinas en China.

Cabe destacar que estos roles eran exclusivos de mujeres, ya que ellas vendían su imagen como arte en movimiento, y no su cuerpo.

El papel de la concubina en China

Una vez dicho esto, comenzaremos por China donde el concepto de concubina hace referencia a cualquier mujer que hace vida marital con un hombre que no es su marido independiente del estado civil de ambos.

Cuando llegaba la muerte del emperador, a veces se enterraban a algunas de sus concubinas vivas junto a él con la idea de que le hicieran compañía en el más allá, mientras que al resto se las enviaba a la casa de castidad.

Aunque las concubinas contaban con grandes limitaciones, la historia y la literatura nos han ofrecido ejemplos de concubinas que alcanzaron gran poder e influencia. Uno de los libros en lo que se refleja esto es El sueño en el pabellón rojo, una de las cuatro grandes novelas clásicas chinas.

El caso de China sí que está más unido a las relaciones sexuales pues solo el emperador podía dejar embarazadas a sus concubinas, siendo controladas por eunucos en la ciudad prohibida para asegurarse de que no ocurriese lo contrario.

El concubinato en la antigua China era una práctica compleja donde a las concubinas se les atribuían un rango en función del favor que tuvieran con el emperador. El concubinato fue abolido al llegar el partido comunista chino al poder en 1949.

Concubinas más famosas

Existieron concubinas que, como hemos mencionado antes, llegaron a tener un nivel de poder incuestionable, caso que encontramos en la emperatriz Wu Zetian y la emperatriz viuda Cixi, quienes anteriormente fueron concubinas.

                                                                                               Wu Zetian

                                                                                                Ci xi

El papel de las geishas en Japón

En el caso de Japón, tenemos a las más famosas de las tres, las Geishas. Cuando oímos la palabra “Geisha” nos aparece en la mente la imagen de mujeres envueltas en kimonos y caminando con pasitos rápidos y cortos por las calles de Kyoto, con la cara pintada de blanco. La palabra Geisha proviene de los fonemas chinos “Gei” que quiere decir arte, habilidad y “Sha” que significa persona, por lo que Geisha representa una persona con habilidad en distintas artes.

El origen de las geishas se encuentra como una fusión posterior en el tiempo a lo que fueron las bailarinas eróticas y cortesanas y las bailarinas que se dedicaba a las artes. Además con influencias del Teatro Kabuki. En el año 1779, las Geishas fueron reconocidas como artistas. Las geishas y maikos (aprendices de geishas) vivían en hanamachis, que eran las ciudades autorizadas para que fueran habitadas por ellas.

Las geishas comenzaban su preparación a los seis años, seis meses y seis días de edad, estas al ingresar en la okiya (casa de geishas) rompían toda relación con su pasado y recibían un nuevo nombre.

Los conocimientos que una geisha debía obtener eran: la tradición de la ceremonia del té, el arreglo floral, la caligrafía, la danza, la música y el arte de la conversación.

El trabajo de una geisha consistía en animar las fiestas, conversar con los clientes y servir el té o sake. Una geisha siempre debía aparecer impecable y seducir con elegancia.

Geishas más famosas

Las geishas más famosas de la historia son Kiharu Nakamura y Mineko Iwasaki. Una curiosidad importante a destacar es que el tiempo de las geishas con cada hombre, se media en varitas de incienso, cuando esta se consumía había finalizado su tiempo. Además, contaban con un pacto de silencio, por lo que cualquier hombre podía estar tranquilo con las conversaciones que se mantuvieran delante de ella, o con ella.

                                                                                     Kiharu Nakamura

                                                                                   Mineko Iwasaki

La Geisha aún permanece con el paso del tiempo y todavía en el presente sigue causando fascinación y muchas preguntas.

Las kisaeng en Corea

Por último, tenemos la variante coreana que eran las Kisaeng. La carrera de la mayoría de las Kisaeng duraba desde los 16-17 años hasta los 22-23, y eran pocas las que continuaban pasada dicha edad. Además, el gobierno las obligaba a retirarse a los 50 años.

Existieron dos rangos de kisaeng; las haengsu que eran las que realizaban bailes para las clases altas y las samsu, que tenían prohibido el realizar estas actuaciones.

Eran entrenadas e introducidas, al igual que las geishas, en las bellas artes, la poesía y la prosa, la literatura, la caligrafía, la danza… aunque a menudo era ignorado su talento debido a su bajo rango social en la época. Contrariamente a todas las limitaciones formales a las que estaba restringida la mujer de la nobleza, a las kisaeng se les estaba permitido vestirse según sus gustos personales, sin necesidad de cubrir su rostro.

Fue en la dinastía Goryeo cuando las kisaeng llegaron a la fama, ya que se empezaron a crear instituciones educativas para entrenarlas. Estas academias recibieron el nombre de Gyobang.

Durante el reinado de Yeonsan-gun, se convirtió a la kisaeng en objeto de placer, compraron a unas mil mujeres (y menores) para servir en palacio y se creó una jerarquía entre las mismas: se las dividió en kisaeng del “Cielo”, que eran aquellas destinadas a acostarse con el rey, y las de la “Tierra”, dedicadas a realizar otras funciones.

La Kisaeng más famosa de la historia fue la llamada Hwang Jin-Yi, que vivió durante el periodo de la dinastía Joseon. Su resistencia ante las normas impuestas y su excepcional belleza llevaron a esta kisaeng en símbolo de libertad. La propia Jin-Yi escribió un poema que dice así:

La montaña es la misma de siempre,
Pero el agua ya no es.
Día y noche corre, pues no hay agua antigua.
El hombre es como el agua, se va y no regresa

Y tú ¿habías oído hablar de las kisaeng, concubinas y geishas?
¿Fue la película “Memorias de una Geisha” la que te introdujo a este rol social de algunas mujeres durante aquella época? Dejádnoslo en los comentarios^^

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