Mukimono (むきもの) es el nombre japonés dado al arte de esculpir frutas y hortalizas que se originó en China entre los siglos XVI y XVII, y luego se expandió a otros países de Asia, como Japón, Tailandia y Filipinas. En la antigüedad, este arte con los alimentos se realizaba para fines religiosos, pero con el paso del tiempo se convirtió en una actividad artística.
Para esculpir las frutas y hortalizas con precisión, los artistas utilizan cuchillos muy delgados y afilados, además de otras herramientas especiales para crear piezas muy detalladas y sofisticadas. Con mucha paciencia y delicadeza, son capaces de crear esculturas increíblemente elaboradas, destacando las formas, los colores, los aromas y los sabores de cada fruta.
Entre los vegetales más usados están la zanahoria, el nabo, el rábano, el pepino, la berenjena, la cebolla y las setas. En cuanto a las frutas, las más utilizadas son el kiwi, la manzana, la piña, el plátano, la sandía, las fresas, la papaya y los frutos cítricos, como naranjas y mandarinas.
Con mucha destreza, delicadas y magníficas esculturas van surgiendo a través de las manos de estos ingeniosos artistas, con el formato de flores, hojas, animales o incluso formas geométricas y mandalas.
Un artista japonés en especial se destaca en las redes sociales por sus obras de arte comestibles ricas en detalles, se llama Gaku. Debido a la rápida oxidación que cambia el color de las frutas cuando son cortadas, Gaku necesita ser muy rápido y habilidoso, lo que hace su arte aún más impresionante. Y por esta misma razón, el artista cuenta que consume el alimento en cuanto termina el trabajo, pero por supuesto, sin olvidar fotografiar su creación y colgarla en Instagram.
El Mukimono es tan apreciado en cuanto a su estética que gana cada vez más admiradores por todo el mundo. Su toque artístico y sofisticado se está volviendo muy popular entre los restaurantes de alta gastronomía y en celebraciones de alto standing, como bodas y fiestas diplomáticas.