Turismo de anime y manga en Japón

¿Alguna vez te has preguntado en que se basaron los autores de los mangas que te gustan para dibujar sus fondos? ¿Sabías que muchísimos de ellos, no solo tienen escenarios de referencia, sino que son una representación clara y específica del lugar? Incluidas ciudades o villas enteras.

Desde siempre, el ser humano ha sido fan del entretenimiento y el ocio, es algo totalmente lógico. Sin embargo, nos encontramos en un punto de la historia en el que estos factores brillan más que nunca, podríamos decir, que es el siglo de Oro en la tendencia.
Cada vez, la rutina se considera más estresante y monótona al mismo tiempo, pero gracias a la reducción de horas de trabajo que hemos ido obteniendo a lo largo de los años, encontramos que los seres humanos tienen tiempo libre en el que a veces, salir de casa con amigos no apetece, y gracias a la tecnología actual, un modo de degustar el tiempo libre es dentro del mismo hogar. Televisión, videoconsolas, ordenador.

Así pues, antes de sumergirnos directamente en el punto del manga y anime que tiene que ver con el turismo, hagamos un pequeño recorrido por lo que es la historia del Anime en sí.

Para empezar, ¿Cómo definen los medios las palabras manga y anime? Echémosle un vistazo:

“En japonés la palabra manga significa cómic: serie de cuadros en secuencia que combinan textos e ilustraciones para contar una historia. A diferencia de los cómics occidentales, el manga generalmente es en blanco y negro, los recursos visuales de los mangakas (historietista o dibujante de manga) son más amplios (líneas cinéticas, impresiones de efectos sonoros, entre otros) y su dibujo es más simple, aunque hace énfasis en la narración y el diseño de sus personajes”.

“El término anime se usa para referirse a la animación japonesa, especialmente a la animación de dibujos. El término japonés anime es una palabra escrita en tres caracteres katakana: “a”, “ni” y “me”; y quiere decir animación (en general), y no sólo a la de dicho país. La palabra completa se pronuncia ánime”.

Como vemos, la diferencia entre estos dos términos es el formato en el que se disfruta; el manga es un cómic en viñetas y el lector es quien con su imaginación lo anima o se imagina las voces y el resto de sonidos, mientras que el anime es el formato ya animado en sí. Es igual que hablar de libros y películas, completamente igual. Hay veces que las películas están basadas en libros, y hay otras veces que son independientes. Los mangas y los animes son exactamente así.

Debido a esta estrecha relación entre ambas, iremos compaginando ambos términos, y aunque posiblemente nos centremos más en la animación, deberíamos proseguir con la historia del manga, que vino antes que las series anime.

“Durante el periodo Edo (1600-1867) surgieron los llamados Ukiyo-e, en los que hombres y mujeres eran plasmados gozando de los placeres y pasatiempos de la época, como la moda, los lugares populares, los ídolos del teatro Kabuki, narraciones históricas, etc. Fue un representante del Ukiyo-e, Hokusai Katsushika, quien acuñó el término manga en el año 1814, al combinar los kanji para “informal” (man) y “dibujo” (ga), lo definió como dibujo rápido o dibujo que transmite una idea.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el manga fue usado como propaganda bélica, presentando historias cuyos personajes eran soldados perfectos e invencibles. Durante la posguerra, en cambio, se buscaba distraer a la población de la situación en que se encontraban, por medio de historias rosas y personajes llenos de sueños y esperanzas para el futuro.

Sin embargo, el manga moderno surge con Tezuka Osamu, un médico que rompió todo récord de ventas en 1947 con La Nueva Isla del Tesoro, publicada en un formato muy barato y muy accesible para todos los niños, por pobres que fueran. Más adelante, en 1952, Tezuka se consolidaría total-mente gracias al famosísimo Tetsuwan Atom, conocida en nuestro continente como Astro Boy”.

El anime como tal nació tomando de inspiración las animaciones de Walt Disney.

Como hemos podido leer en ese breve resumen, la historia del manga no es tan moderna como algunos podrían pensar, pero tampoco primitiva. A raíz de este origen, hay miles y miles de historias manga y animes, cada una dirigida a un tipo de público diferente, con unos intereses comunes y concretos. Cada vez más abundante. Cada vez más popular. A nivel nacional. A nivel mundial. Y debido al factor tiempo libre y vacaciones… Llega el punto que nos interesa.

Muchos de los lugares que salen en estas historias están basados en localizaciones reales, que existen y se pueden visitar.

Aquí es donde empieza a tomar su papel el mercado turístico, que sabe aprovechar la situación; desde pueblos o ciudades, hasta determinados escenarios de la naturaleza. Navegando por la web, cualquier persona puede conocer si esos sitios que aparecen en la trama son simple imaginación o no, si se da el segundo caso, cualquiera de esas personas podría estar interesada en una visita. Atención a la siguiente noticia.

“El turismo y la cultura pop son de los pilares en los que el gobierno de Japón sostiene su política de crecimiento económico. El régimen que encabeza el primer ministro, Shinzo Abe, ha decidido combinar ambos para incentivar a turistas extranjeros a recorrer los lugares “sagrados” del mundo del anime, reveló la agencia Kyodo”.

Como bien hemos leído, el primer ministro de Japón no es despistado y sabe bien que es un tipo de turismo al que enfocar, pues cada año cobra incluso más importancia.

Shirakawa arriba. Hinamizawa abajo (Higurashi no naku koro ni)

Perfectos ejemplos de lugares que han incrementado su turismo receptor gracias a todas las series son, por excelencia, Tokyo, con barrios como Ikebukuro (principal escenario de la serie Durarara!!) o , también Saitama, con el famoso templo de Washinomiya (visitado por las protagonistas de Lucky☆Star), incluso minúsculos pueblos tradicionales como Shirakawa en Gifu (en Higurashi no naku koro ni, toda la historia transcurre en este pueblo, llamado Hinamizawa, rodeado de una misteriosa maldición).

Otros ejemplos muy famosos son los de Studio Ghibli (estudio de animación que ha conquistado tanto oriente como occidente gracias a sus interesantes y mágicas historias). De este Studio, podríamos sacar lugares preciosos de cada película, como por ejemplo, en La princesa Mononoke podemos disfrutar visualmente de la isla de Yakushima, en la prefectura de Kagoshima, que debido a su abundante humedad ha sido creado uno de los bosques más misteriosos de Japón.

También encontramos preciosos escenarios de la naturaleza en Arietty y el mundo de los diminutos, un parque en la ciudad de Hirakawa, prefectura de Aomori. La película Susurros del corazón transcurre completamente en Tama, Tokyo, mientras que Ponyo en el acantilado se basa en una pequeña y bonita aldea llamada Tomonoura. Muchos turistas visitan la casa a la que las pequeñas niñas protagonistas de Mi vecino Totoro se mudan junto con su padre, inspirada en el parque Moricoro, además del escenario en el que se basa Hayao Miyazaki para su éxito El viaje de Chihiro; el Onsen de Dogo en Matsuyama. En Mitaka se puede visitar un museo exclusivo del Studio Ghibli, que recrea las casas antiguas que se ven en las películas.

Otros lugares que han sido decididos para completar la guía que el propio Shinzo Abe animó a crear sobre estos lugares sagrados del anime son Kabuki Town (Higashi no Eden), el teatro de Shinjuku Suehirotei (Joshiraku), Chichibu (Ano Hi Mita Hana no Namae Bokutachi wa Mada Shiranai), Oarai (Girls und Panzer, donde practican las chicas con los tanques), Koriyama en Fukushima (Mikakunin de Shinkoukei), Hida-Takayama (Hyouka), Oshima (Vivid Red Operation), el colegio Toyosato en Shiga (K-on!), Kanazawa (Hanasaku Iroha), Hiroshima (Una carta para Momo)…

Podríamos decir que a pesar de la crisis japonesa, el anime es un punto a favor de ayuda para los ingresos del turismo, aunque también el anime ha incentivado a japoneses a hacer turismo exterior hacia el resto de Asia, Australia, Europa o América. En el mismo Viaje de Chihiro, Hayao Miyazaki se baso en JiuFen, Taiwan, y en otras películas del mismo estudio como El Castillo Ambulante se utilizan muchísimos escenarios franceses y suizos, además de que en Porco Rosso hay influencias de las vistas del Mar Adriático.

Sorprendentemente, hay un anime llamado So Ra No Wo To cuyos paisajes están inspirados en España, siendo concretos, en Cuenca. Debido a este anime, muchos japoneses se interesaron en la ciudad y vinieron de visita.

Este fue uno de los folletos guía que se publicaron para el turismo de los lugares sangrados del anime, en el que indican las prefecturas y ciudades en las que algunas de todas las series de la animación japonesa han sido basadas, como por ejemplo, la gran Evangelion o la popular Suzumiya Haruhi no yuutsu.

Y luego incluso podemos encontrar por Internet mapas turísticos de una misma serie, como por ejemplo de Free!

Si eres fan del anime y el manga y tienes la oportunidad de ir a Japón, ¡no te olvides de investigar sobre estos maravillosos lugares!

¿Has visitado alguna vez un lugar de tu serie preferida? Déjanoslo en los comentarios ^^

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