El folclore coreano está lleno de seres sobrenaturales, desde espíritus benevolentes hasta aterradores demonios. Estas criaturas reflejan las antiguas creencias y tradiciones del pueblo coreano, así como su visión del bien y el mal, la vida y la muerte. Los demonios en la mitología coreana no solo son entidades malignas, sino que también pueden ser portadores de enseñanzas o advertencias morales. Aquí te presentamos algunos de los demonios más destacados del folclore coreano.
GWISIN (귀신)
Uno de los espíritus más conocidos en la mitología coreana es el gwisin, que puede ser comparado con los fantasmas en la cultura occidental. Estos espíritus suelen ser almas que no han encontrado descanso, debido a una muerte injusta o la falta de un adecuado ritual fúnebre. Los gwisin son vistos como figuras trágicas, pero también pueden ser peligrosos si buscan venganza. Aparecen a menudo en forma de mujeres con largos cabellos oscuros, vestidas con un hanbok blanco (ropa tradicional coreana), deambulando por lugares abandonados o antiguos.
DOKKAEBI (도깨비)
Los dokkaebi son duendes o espíritus traviesos que a menudo son comparados con demonios en la cultura coreana. A diferencia de los demonios tradicionales, no son necesariamente malvados; más bien, son seres caprichosos que disfrutan jugando trucos a los humanos. Se cree que tienen la capacidad de cambiar de forma y pueden conceder favores o desatar desgracias dependiendo de cómo se les trate. En algunas historias, los dokkaebi ayudan a los héroes, mientras que en otras los desafían o engañan.
BULGASARI (불가사리)
El bulgasari es una criatura demoníaca con origen en la mitología coreana que tiene un cuerpo similar al de un oso, pero con un apetito insaciable por el metal. Según la leyenda, el bulgasari fue creado por un monje budista a partir de arroz y se alimenta de objetos de hierro y metal. Su presencia se asocia con el caos y la destrucción, ya que puede devorar todo a su paso. Es un símbolo de la inevitable destrucción que trae consigo la codicia o el deseo desmedido.
JEOSUNG SAJA (저승사자)
El jeoseung saja es el ángel de la muerte en la mitología coreana, encargado de guiar las almas de los difuntos al inframundo. Aunque no es un demonio en el sentido tradicional, se le teme por su conexión con la muerte. Se cree que aparece para llevarse el alma cuando llega el momento de morir. A menudo se le representa como una figura oscura, vestida de negro, con un sombrero ancho que oculta su rostro. Su figura recuerda que la muerte es inevitable y está siempre presente.
GUMIHO (구미호)
Aunque el gumiho no es estrictamente un demonio, es una figura poderosa y temida en el folclore coreano. Es un zorro de nueve colas que puede transformarse en una hermosa mujer. A menudo se describe como un ser malvado que se alimenta de los corazones o el hígado de los hombres. Sin embargo, en algunas historias más recientes, el gumiho ha sido retratado de manera más ambigua, a veces buscando redención o un final feliz. La leyenda del gumiho es un claro ejemplo de cómo la mitología coreana mezcla lo sobrenatural con dilemas morales sobre la tentación y la naturaleza humana.
Al igual que en otras culturas, los demonios en el folclore coreano no son solo seres malignos; también juegan un papel importante en las creencias religiosas y sociales. Muchos de estos demonios son reflejo de los miedos y ansiedades de las antiguas sociedades coreanas, y sus historias servían para enseñar lecciones morales o advertir sobre los peligros de comportamientos incorrectos. Los rituales chamánicos o gut aún se practican en Corea para apaciguar a los espíritus y demonios, asegurando que las fuerzas del más allá no interfieran con la vida de los humanos.
Los demonios coreanos y los espíritus malignos forman una parte fascinante del rico tejido cultural y espiritual de Corea. Todas estas figuras continúan inspirando miedo, respeto y curiosidad, tanto en la cultura popular moderna como en las tradiciones más antiguas. A través de sus historias, el folclore coreano explora temas profundos sobre la vida, la muerte, la justicia y la moralidad, invitando a las personas a reflexionar sobre su relación con el mundo espiritual.
¿Y tú? ¡Seguro que conocías a alguno de estos demonios! Cuéntanoslo en los comentarios.
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